1.
¿Alguna vez te ha latido tan fuerte el corazón que sientes el pulso hasta en los labios? ¿Que el pecho se siente tan apretado que parece que se acerca un infarto? ¿Una ansiedad que pareciera siempre nacer de la nada, fácilmente confundida con felicidad, nervios y mucha adrenalina?... Así fue para mí. Una mezcla de emociones que se comparaba con pocas cosas anteriores a ella. El único causante de mí - casi infarto - y yo teníamos meramente un conocido en común. Después de trabajar años y años en el mercado del marketing digital, te puedo asegurar que en la época de las redes sociales, especialmente después de una pandemia, si el algoritmo corría a tu favor, te podría suceder lo mismo que a mi.
Un día, mientras él tenía un breve descanso durante su época de servicio militar, decidió andar por su celular por un largo rato. Y de mis cientos de selfies en Instagram, todas curadas bajo el más exquisito retoque de photoshop y corrección de color, un par de ellas terminaron entre sus “sugerencias”.
Al explorar e investigar todo lo que pudo dentro de mi perfil, logró percatarse de que teníamos a alguien en común. Un amigo de hace años. Mi siempre guapo (y todavía algo dentro del closet) Juno.
Quién yo sabía, y estaba perfectamente consciente, desde el inicio de nuestra amistad, que sostenía ya una amistad directa con este hombre que hasta en ese momento yo consideraba mi sueño dorado. Mi máxima fantasía.
Este hombre de mis máximos sueños dorados decidió enviarle un mensaje a Juno, preguntándole quién era yo, y sobre todo, porque y cómo era que nos conocíamos, si ambos vivimos en literalmente puntos extremos del globo terráqueo. Después de un extenso intercambio de '¿Quién es?' '¿Cómo se llama?' '¿Cómo la conociste?' y ve tú a saber cuántas preguntas más, decidió preguntarle a Juno si estaría bien que él mismo nos presentara. Y justo allí fue cuando Juno me comunicó todo esto por medio de varias llamadas y mensajes, que casi hicieron que mi pobre corazón saliera de mi cuerpo perforando un agujero en el medio de mi pecho.
- “Entonces Yun-ah.... ¿Te parece bien? ¿Lo quieres conocer?”
‘Yun-ah’ El nombre que él mismo Juno me había puesto, como buen amigo coreano, se sintió con la necesidad de “bautizarme” a su manera, eligiendo para mí el nombre Kim Yu-Na. Mi nombre real es Brenda, pero al parecer que tan sólo mi primer nombre ya fueran 3 sílabas en el idioma coreano era demasiado, y Juno no se molestaría en llamarme así jamás.
- “Jajajajaja si claaaro... como si esas cosas pasaran. JunJun, por favor ya deja de estar haciéndome tus malas bromas.”
- “No... no lo estoy... ¿Porque estaría jugando con algo así?”
- “¿Pues..... porque me conoces? Porque te sientes de un humor simpático? Y no, ya. No te creo. Deja de estar jugando conmigo.”
No es que no le creyera. Es que no le quería creer. Mi mente estaba dividida entre los 'No puede hablar en serio...' y los '¿¿¿Y si es en serio y en verdad me quiere conocer????'
- “¡¡Que no es broma!! Mira, en verdad lo quiere hacer por medio de Snapchat. Tiene curiosidad sobre ti, pero también es algo precavido...”
- “Aaaaaaja.” - Aun con toda la negación e incredulidad - “¿Y también mi localización en coordenadas por Google?”
- “¡¡Es en serio!! Envíame tu nombre de usuario, para dárselo, y te mandará mensaje.”
- “Juno ya basta, por favor.....”
- “¡¡¡Que me lo des!!!”
- “No no no a mi no me vas a estar gritando...” - Suspiré resignada en lo que Juno ya ni me respondía por estar esperando una confirmación - “Ok, está bien.”
Me temblaban las manos. ¡Me sudaban las manos! No podía ser en serio. Mi corazón latía con tanta fuerza que podía sentir un poco de náuseas. Mi garganta, todo detrás de mi nariz se tensaba con el pasar de los segundos. Tomé asiento en el sillón negro de la sala de mi departamento. Tomando profundas bocanadas de aire con cada respiro. Después de pasar más de 5 minutos así, esperando impacientemente.... mi negación se apoderó nuevamente.
Dejé el teléfono en el borde del sillón para darme una palmada en la frente.
- Nah.... Olvídalo. No puede ser posible, Juno me debe de estar jugando una broma. Ya lo estoy escuchando reírse de mi. Tengo que dejar de hacerle caso al estúpido est...
De repente sonó mi teléfono. Y pude leer esa pequeña notificación a lo lejos. 'Hola'.
Ok. Ahora sí tenía náuseas. Aguanté con todas mis fuerzas y de alguna manera junté valor para tomar el teléfono.
- “Hola.”
.
.
Apareció la burbuja de que aún estaba escribiendo.
- “Disculpa por interrumpir tu tarde, ¿Sabes quién soy?”
...
No.... no podía ser.... me temblaban los brazos con cada golpe al teléfono con mis pulgares.
- “Jajaja si... Juno me lo dijo... pero... disculpa que te lo diga así... la verdad es que todo esto se me hace un tanto difícil de creer. Sospecho que me están jugando una broma. Jajajaja leo lo que escribo y me da pena ajena, ya basta.. ¿Juno eres tú?”
.. Ay Brenda, tu y toda tu creativid. ¿Porque le mandas un 'jajaja'? No se me pudo haber ocurrido otra co-....
..
Apareció la burbuja nuevamente, él estaba escribiendo.
- “Jajajaja supongo que eso podría llegar a parecer... perdón por hacerlo tan atrevido, solo dame un minuto por favor.”
..
¿Qué estaba haciendo ahora.....? ¿Un mensaje de voz? No... no podría ser....
Llegó ese botón de reproducir cuando alguien te envía un mensaje de voz. No tardé ni un segundo en abrirlo.
..
Esa voz.
Esa inconfundible voz que cientos, o miles de veces me había cantado desde mis audífonos. No existían audífonos de la calidad suficiente como para hacerme sentir lo que 3 segundos de su voz lograron. Esa risa. Ese suspiro, incluso hasta me recordó al reconocido 'Party Party Yeah' dentro del fandom. Era él. Desconozco que especie de milagro celestial permitió que no me desmayara en ese momento. No tenía voz como para responderle con otro mensaje de voz. Y probablemente si lo intentaba comenzaría a llorar. Así que decidí continuar por texto.
- “¡No puedo creerlo! ¡Es un verdadero gusto conocerte! Mi nombre es Brenda, pero puedes llamarme Yuna. Disculpa por la duda... pero es que Juno... Juno es así. Y sabe que he seguido tu carrera por mucho tiempo... En verdad es un placer conocerte.”
- “Jajaja no te preocupes, también es un gusto conocerte.”
..no sabía que responderle. Nada en mi cabeza sonaba inteligente en ese momento.. afortunadamente, él siguió escribiendo.
- “Estaba revisando mi Instagram y pude ver algunas de tus fotografías, lucen bien. Me di cuenta de que teníamos amigos en común así que me dio curiosidad conocerte, espero no incomodarte o interrumpirte si tienes cosas pendientes...”
¿Incomodarme? ¿¿¿EL??? Por favor.
- "No no, no te preocupes, no me has incomodado, ¡al contrario! Me da mucho gusto que me agregaras, para serte honesta, conozco tu trabajo, y te admiro mucho. En verdad eres excelente cantante y bailarín."
Planteé ese mensaje quizá 10 o 100,000 veces en mi mente. ¿Cómo decirle o darle a entender que era mi amor platónico de toda mi vida de manera cordial y decente en un sólo mensaje sin hacer que me bloqueara para siempre?
- “Jajaja en verdad?? Muchas gracias... es lindo saber que llego a tantos rincones del mundo...”
- “Jajaja, no.. quiero faltarle al respeto a nadie pero, como podría ser posible algo diferente? Eres parte del grupo más grande del planeta... aunque, debo hacer una confesión.”
- “Si, ¿dime?”
- “No pude ir a verte en el concierto cuando tú y los demás chicos vinieron a México.”
- “No es posible.”
- “Lo sé, pero obtener boletos... Es literalmente una batalla. T_T”
- “Que decepción.... Eso no lo puedo permitir. Tendrás que asistir a mi show algún día.”
- “Claro, si tú me invitas, sería un honor....”
- “Es un hecho. Entonces... ¿Cómo estás? ¿Es ya tarde en México cierto? ¿Vives en la ciudad?”
La tarde continuó, y seguimos intercambiando decenas de mensajes. Pláticas que consideraría casuales si no estuvieran siendo con él. Me contó todo lo que pudo sobre su activo servicio militar como soldado, y cómo efectivamente tenía solamente un poco de trato preferencial. Oh la satisfacción que fue el confirmar los rumores de que esto sucedía.... Pudimos tocar también el tema de sus proyectos en solitario, hasta de las promociones que tendría, me provocaba un cálido sentir el tener al menos esto en común con él, no se comparaban en lo absoluto uno de los solteros más codiciados del planeta y.... yo, pero al menos cuando se trataba de promociones era mi área de experiencia. Al caminar hacia mi recámara, no paraba de leer y leer y releer constantemente toda la conversación. Entendí porqué quería una red social como Snapchat para hablar, pues los mensajes de voz ya no estaban. Y en caso de que hicieras una toma de captura de la pantalla, se le notificaba a la otra persona. Una barrera de protección entre él y yo.
Era aceptable. Intenté con todas mis fuerzas conciliar el sueño esa noche sin éxito, ¿Qué estaba haciendo? Me sentía ridícula. Era un hombre más por favor! Y no sol Intentaba constantemente controlar mi mente y tomar esto con mas madurez. No dejar mi imaginación volar a una vida que dentro de mí sabía que solamente pasaba en los dramas o películas para adolescentes.
Poco antes de que saliera el sol, comencé a mirar por enésima vez sus redes sociales públicas, la vida que llevaba, o al menos que pretendía llevar. Imágenes de él. Pintando su propio retrato como el de un artista que tenía uno que otro pasatiempo costoso y nada de tiempo libre. No me percaté de la hora hasta que la luz naranja y roja del amanecer se reflejó en mi teléfono. En el preciso instante en el que puse abajo mi celular para hacerme un café que probablemente estaría lo suficientemente fuerte como para encender un automóvil.... Sonó una notificación. De una aplicación que muy pocas veces había usado previamente para mensajería.
- “Hola, dormiste bien?”
