6.
-
¿Ah... Jaejoong? No sabía que vendrías aquí.... ¿Necesitas algo?
-
No, solo vine a buscar a Junsu, tenía que dejarle esto....
Jae sostenía un pequeño libro en la mano.
-
Pero esto no se acaba y ya me tengo que ir.... - Jae bajó su mirada para mirarme de frente - Min-ah... no nos conocemos, nada de hecho.... pero, puedo preguntar, ¿qué haces aquí?
-
¿A.... a que te refieres? - Escalofríos recorrieron toda mi espalda.
-
Eres... ¿se supone que eres la nueva novia de Junsu?
-
Yo... no, no... - Me helé aún más con la pregunta. No tenía ni una respuesta coherente a su pregunta. Lo mismo me había preguntado desde hace semanas. - No, no lo soy.
-
Entonces, te pregunto de nuevo, ¿Que haces aquí?
Por más que lo intentaba, no entendí a qué se refería. ¿Quería que me fuera? ¿Qué demonios me pretendía decir?
-
Mira, yo solo vengo a ver a Jun. No veo porque eso merezca un cuestionamiento de tu parte.
-
No, no me refería a eso. - Su mirada se suavizó - Mira, solo, ¿podrías darle eso a Junsu por favor? Es urgente. Y me tengo que ir, si pudiera, lo esperaría...
-
Sí, no hay problema.
Jae accedió con la cabeza y dio la media vuelta para retirarse. No podía poner en un conjunto coherente todos mis pensamientos al respecto. ¿Porque tanto cuestionamiento sobre qué hacía allí? No me lo había planteado en un modo agresivo.
Genuinamente parecía estar tan confundido como yo sobre todo. Me abrió toda la puerta de curiosidad del mundo sobre él. Subí al auto para dirigirme al departamento de Jun, pensando en las palabras de Jae en todo el camino. ¿Pero porque el tenía que cuestionar lo que sucedía?
Probablemente era yo. ¿Y si me veía como nada a lado de Jun? Quizá no era lo que él o alguien más esperaba como para una persona de su altura. Casi podía sentir lágrimas dentro de mis ojos de culpa. Ya tenía suficientes emociones como para rematar con inseguridades gracias a Jaejoong. Intenté lo mejor que pude mantener esas emociones a un límite, y no buscar un problema entre los dos. Pues sin importar que tanto fuera la novia de Jun o no, era un hecho dentro de mi mente que no quería verme llorando por alguien o algo más.
El regresar al departamento de Jun aún se sentía como algo irreal. Aunque sin duda, poco a poco, comenzaba a acostumbrarme a esto. En lo que lo esperaba, prendí algunas velas aromáticas que había conseguido par él, admirando toda la ciudad de Seúl desde el rascacielos en donde ahora estaba habitando. Ante una vida de esa calidad, ¿realmente importaba si Jun y yo éramos pareja o no? Al poco rato Jun llegó también, para inmediatamente rodearme entre sus brazos y dejarme llenarlo de besos por todo el rostro. Maldito seas corazón, que esto es suficiente para que se te olvide todo lo demás.
-
Jun!! - Hablaba entre besos - Estuviste increíble! Me llenas de orgullo.
-
Jajaja y estaba tan nervioso... ¿En verdad estuvo bien? Creo que no estuve en tono adecuado en el himno. ¿Fue así? ¿No salió mal?
-
Jajaja respira, ojos bonitos. Todo lo hiciste excelente. - los ojos de Jun se llenaron de expresión de ternura en el momento en el que le dije ojitos bonitos. Efectivamente, lo eran. - Me imagino que estás cansado, ¿no es así?
-
No lo suficiente, no para ti... - Me tomó del cuello con esa firmeza característica de él, para acercar sus labios con los míos, y retomar un ritmo característico que continuábamos ya por varias noches seguidas.
Sobra decir que pasamos la noche completa... en su oficina. Por algún motivo tuvimos un orden un tanto inusual en las recámaras de todo su departamento, y varias almohadas de su cama terminaron en el suelo de su oficina. Pero era inevitable, ninguno de los dos se podía saciar lo suficiente del otro.
Ese ritmo, de tener mañanas, tardes y noches maravillosas continuó seguido por varios días. Compartíamos todos los gustos posibles, y Jun no conocía límite en gastos básicos. No había nada que yo deseara, porque todo me lo dejaba al alcance. De hecho, de la nada me ofreció formalmente una extensión de una de sus tarjetas de crédito. La cual no quise aceptar en un principio, pero la tentación fue mucho más grande de lo que yo pude ser. Y al mismo tiempo, esto solamente pasaba en el interior de su departamento. Todos los lugares que llegaba a conocer eran bajo las más estrictas medidas de seguridad, y por mi cuenta, ya que, o Jun estaba dentro de su entrenamiento militar... o, él y yo nunca podríamos ser vistos juntos. Incluso en los días en los que era libre de cualquier trabajo, no era posible. Y no me molestaba.... creo. Asumía que así era. Mi rutina normal dentro de Corea se estaba convirtiendo en, despertar dentro del departamento de Jun, disfrutar de algún regalo de su parte, que podía variar de entre cientos de tipos de café, ropa, cosméticos, cuidado de la piel, tratamientos, o lo que fuera que se le pudiera ocurrir. Asistir a mi oficina, y posteriormente encontrarme con Myung Myung o con Jun. Myung me llevaba a explorar Corea, mientras Jun era todo dentro de casa.
Varios días después, corriendo con locura por la mañana entre el departamento y el lobby, buscando mi tarjeta para entrar y salir sin problema y aún así llegar a tiempo a mi oficina, comencé a recibir llamadas de un número desconocido coreano, lo cual era de lo más extraño, pues no recordaba habérselo compartido a nadie más dentro de toda mi estadía en el país, e incluso en el camino y hasta dentro de mi oficina seguía sonando. Dejé el teléfono en mi escritorio en lo que tenía conversaciones laborales con mi jefe, y cuando regresé, habían más de 10 llamadas perdidas. Desconcertada, decidí llamar al mismo número.
El cual no respondió la llamada en lo absoluto. Quién sabe. A lo mejor y había sido un error desde el inicio... Cuando me disponía a colocar el teléfono en mi bolsa, escuché el tono de llamada de la plataforma de Kakao Talk.
-
¿Min-ah?
-
Si... ¿quién eres? - pregunta estúpida. Claro que reconoces la voz, Brenda. -
-
Hola, habla Jaejoong. Perdona por molestar pero, solo me pregunto si Junsu recibió el libro que te di el día del evento de la policía.

Maldita sea. Había olvidado por completo el pequeño libro negro que Jaejoong me había encargado. Y lo peor es que ni siquiera recordaba dónde lo había puesto. Pero.. ¿Pero cómo fue que Jaejoong ahora tenía mi número?
-
Ah sí, claro.... Jaejoong disculpa... Pero no conocía tu número, ahora lo guardo.
-
Si está bien, pero, ¿le diste a Junsu el libro que te dejé de encargo?
-
Ah... si, si, claro! Hoy mismo, mas tarde le recuerdo que te llame, por eso mismo, el libro.
-
Si.. por favor.
-
No hay problema...
Pasaron un par de segundos antes de que él mismo me hablara de nuevo.
-
¿Sigues en Corea?
-
Si, aún estoy aquí. Todavía tengo un par de semanas antes de irme.
-
Entiendo, bueno, ¿Le podrías pedir a Junsu que me envíe mensaje por favor? Es importante.- ¿Pero porque no se lo decía él personalmente?
-
Si, claro, sin ningún problema....
-
Bien. Y.... ¿tú estás bien?
-
Uhh.. Si, supongo que si, me gusta estar aquí, creo que he estado comiendo demasiado ultimamente. - Es en serio Brenda? Te pregunta por tu estadía y tu le respondes con comida. -
-
Muy bien, ok... gracias por atender mi llamada, guarda el número, esperaré el mensaje de Junsu.
-
Ok... hasta luego.
¿Cómo fue que Jaejoong había obtenido mi número telefónico? Seguramente Myung se lo había pasado, pero.. pero Myung me hubiera avisado, o no puede ser tampoco porque dudo mucho que Myung se lo hubiera dado de la nada.... Así que no tuve más alternativa que quedarme solo un par de horas más en la oficina esa noche para hacer una llamada.
-
¿Min-ah? ¿Tanto me extrañas como para llamarme en nuestro día libre?
Esa noche no tenía planeado salir con Myung, pero tenía que saber que había pasado.
-
Jajajaja eso quisieras Myung. Oye, una pregunta...
-
¿Si dime?
Espera. No. No tenía sentido.
-
Uhh... Si, ¿de dónde fue que pediste la comida callejera el otro día?
-
¿Cuáles de todos? Los caldos, el pastel de arroz...
-
Jajaja ehh... ¿los caldos? Es que tengo ganas de comerlo de nuevo.
-
Asshhh.. no deberías de comerlos tan seguido, tienes que mantener esa figura, además ese día ¿te comiste cuantos? ¿2 o 3 platos de arroz?
-
Jajajaja ya me conoces, fueron como 3. Creo.
-
Cómo es posible.... En fin, ¿esa era tu gran duda?
-
Sip! Solamente eso, y bueno claro que te extraño mucho mi Myung así que no podía dejar pasar la oportunidad.
-
Jajaja, obviamente. Oye... ¿Y cómo va todo?
-
¿A que te refieres?
-
Es obvio a QUIEN, no a que me refiero.
-
Jajaja creo que... ¿todo bien? Hay momentos en los que siento que jamás quiero regresar.
-
Quizá no deberías...
-
No, como crees. Claro que tengo que regresar, no era mi plan quedarme aquí de por vida.
-
Pero.. O bueno, es tu decisión. Aunque, no es como si no tuvieras un hogar aquí.
-
¿Un hogar Myung? Jajaja son sus departamentos, o el tuyo, o el de Jun.... Y no es como si estuviera colocando mis cosas en el lugar.
-
Ahora no, pero, ¿y en algún futuro?
-
Jajajaja ya deja de ilusionarme más. - Como si yo sola no me estuviera dando las suficientes ilusiones - Además... insisto, ¿has hablado con él al respecto?
-
No hace falta... pero yo hago el intento, tú cree lo que quieras. Así como lo veo, no creo que tarde mucho que estén oficialmente juntos.
-
Lo dudo demasiado mi Myung myung... pero bueno, era solo eso, nos llamamos más tarde?
-
Claro, siempre. Te quiero pequeña.
-
También yo Myung.
Debo admitir... que me estaba comenzando a irritar. Myung insistiendo en que Jun probablemente estaba secretamente loco de amor por mí sin tener confirmación directa del único que importa estaba siendo parte de todos mis días, y ya me estaba comenzando a desesperar. Y.... Myung no mencionó en lo absoluto a Jaejoong. Entonces Myung no tenía ni idea de dónde había sacado Jae mi número. Estoy segura. Myung es hablador por excelencia, y no se hubiera guardado algo así. Pero el punto era que ahora tenía el número de Jae.
Ese mismo día en la noche busqué por todos lados en la oficina de Jun, hasta que encontré el pequeño libro, que solamente consistía en una serie de transferencias bancarias entre los dos, ¿Y para eso tenía tanta urgencia? Jun no se dio ni más de 5 minutos observándolo antes de que lo cerrara y colocara al lado de su computadora.
Como se lo había comentado anteriormente a Myung, mi viaje a Corea no estaba destinado a durar para siempre, y con el paso de los días Jun se veía más consciente de ello, hasta que llegó la primera noche extraña de toda mi estadía. En lugar de que Jun se quedara acurrucado a mi lado durante la noche, como siempre solía hacerlo, se incorporó en la cama para alcanzar su laptop, sin decirme mucho más al respecto.
-
Min-ah, cuando regreses a la ciudad, estaba pensando... ¿y si regresas a un lugar mejor? ¿Algo un poco más tranquilo...? O más seguro para ti?
-
¿Eh? ¿De que me hablas?
Me incorporé en la cama para sentarme a su lado y ver la pantalla, estaba observando departamentos dentro de la Ciudad de México. Cosa que me desconcertó demasiado.
-
Uhhm... Si me gustaría, pero no estoy segura de querer gastar... - miré el precio de renta - esa cantidad en un departamento Jun, quizá dentro de unos años?
-
No... me refiero a que, quiero que vayas aquí, yo pago por que te quedes en este lugar.
-
Estás.... - no supe que emociones sentir en ese instante - Jun, ¿te dieron algún golpe en la cabeza en el entrenamiento? Estamos hablando de un departamento.... Ya deja de estar.... No, estás loco. - Intenté acurrucarme en el interior de las sábanas de nuevo -
-
No, Min-ah, estoy hablando en serio, además, así también yo voy a estar más tranquilo de donde estas y en que momento.
-
No... Jun, espera. Ya me has conseguido todo, el señor Choi de mi chofer personal, tu extensión de tarjeta de crédito, y ¿ahora esto?
-
Min-ah, todo es para tu seguridad y tranquilidad, y la mía. - Una incómoda sensación de escalofríos me recorrió la espalda. -
-
Jun... Pero... no lo se... No.. ahhh...
Opté por tomarlo de las manos, en lo que me sentaba de rodillas a su lado en la cama.
-
Jun, no puedes estar haciendo todo esto por mí. No está bien que yo solo tome y tome cosas que te pertenecen. Además... tu y yo... no somos... no somos... nada. - Su mirada se tornó casi nostálgica. -
-
Min-ah... no es que no seamos nada...
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Pero no lo somos mi Jun. Si, aquí estoy, contigo, disfrutando de todo esto, al mismo tiempo de no ser diferente a todas las 10, 20 o 30 mujeres que pasaron por esta cama antes de mí.
-
No lo veas de esa manera.....
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¿Pero entonces de qué manera Jun? No es como si hoy dentro de un año fuéramos a salir juntos. Toda la vida... es un hecho de que yo sería tu secreto. Uno muy grande.
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Pero no... nunca dejaría que te hiciera falta nada.
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No, mi Jun, ese no es mi punto. Yo se que no dejarías que me hiciera falta nada, de hecho, hoy ya no me hace falta nada. Pero no.... no quiero ser un secreto para siempre. - Sentía mis ojos llenarse de lágrimas poco a poco mientras le decía esto. -
-
Min-ah, no llores.. ven aquí. - Jun me tomó con ambas manos, y me acomodó de tal manera para que me sentara sobre él para enredarlo entre mis piernas, con sus manos rodeando mi cintura, en el borde de la cama.
-
Min, no sé qué hacer. Te aprecio, te quiero tanto.. y me siento tan mal, yo tengo la culpa de todo tu sufrimiento, y lo único que quiero es que seas feliz...
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Y lo entiendo, pero no lo sé... ¿Y sí también lo veo por el otro lado de la moneda? Hoy me provees de todo, incluso de más de lo que podría llegar a imaginar. ¿Y qué voy a hacer mañana? ¿El día que conozcas a alguien más? A alguien que si vas a poder sacar en público, alguien que si puedas presumir, alguien que... que no destruya tu carrera. - Su mirada estaba fija en el piso. - Y cuando esa persona se entere de que estás manteniendo a alguien en secreto. Otra... otra mujer. ¿Yo qué haré en ese momento? ¿Tú crees que yo me puedo costear algo así? Y estoy sola Jun, todo lo que tengo lo he construido yo. Nadie nunca me ha regalado nada... hasta que llegaste tú a mi vida. -
Mientras yo le decía estas palabras, solo podía verlo fijamente en esos ojos largos y rasgados. Y fue justo en ese momento, mientras me tenía tiernamente abrazada, y yo ponía mi corazón en sus manos.... entendí lo que no quise comprender en todo el tiempo que lo había conocido. Que esto, esto era lo más que iba a obtener de Jun. Y no me quejaba... creía que podía vivir feliz siendo el secreto mejor guardado de Jun. Algo dentro de mi me dijo a gritos que no debía de seguir la conversación, porque seguramente me iba a arrepentir por el resto de mi vida, y que sería un hecho que... sin importar como o cuantas veces lo hablaríamos, siempre terminaríamos en la misma conclusión. Yo nunca sería su acompañante como quería, y él sentiría por siempre que solo otorgando bienes materiales sería lo suficiente. Casi se me rompe el corazón de percatarme de todo esto mientras contemplaba los 40 tonos de color café que tenía en los ojos.
-
Pero... pero no tenemos que descifrar el mundo entero en una noche. Verdad, ¿ojos bonitos?
Me daba vergüenza yo sola. Me había puesto en la peor situación del mundo y lo perdoné de una discusión en la cual él ni siquiera tomó lugar, pues bien no estuvo de acuerdo conmigo..... pero tampoco en desacuerdo. En el momento en el que le dije ojitos bonitos me sonrió de nuevo, abrazándome con aún más fuerza, como si nada hubiera pasado, y al poco tiempo continuó con su búsqueda de departamentos para mí. Enviándome un archivo completo con todos ellos para que yo eligiera el que más me parecía.
Allí estaba todo. Y me dolió mas el aceptar que... mi orgullo, no valía lo que sus ojos valían para mí. Aún estaba dispuesta a echar absolutamente todo por la borda, si eso significaba que tendría más noches con él... que así fuera.
A pesar de que nuestra noche no fue diferente a todas las anteriores.. la mañana sí. Al menos para mí. Si, puede que Jun seguía llenándome del mismo cariño que en días anteriores, pero algo dentro de mi había cambiado, al aceptar que mi relación con él no evolucionaría mas que lo que ya tenía entre mis manos. Aún me hacía sonreír, y aún me podía ponder de rodillas cuando él quisiera, yo sabía que ya no era la misma situación. Y quizá había llegado en el momento adecuado, a los pocos días de mi regreso a casa en México. Antes de salir a mi oficina contemplé mi pequeño rincón en su recámara, lleno de zapatos y ropa nueva que Jun me había comprado, o que yo me había conseguido con su tarjeta. Había momentos en los que me comenzaba a cuestionar para que me esforzaba tanto en mi trabajo, si en un día podía gastarme más en la tarjeta que me había dado Jun de lo que me podría costear yo misma con un mes de mi salario.
Mientras transcurría mi tarde en la oficina, mi jefe me llamó para una junta importante. Por lo visto, teníamos que hacer algunos cambios en una presentación importante.
-
Min-ah, ¿como te has sentido trabajando aquí en la ciudad?
-
Muy bien señor, ha sido una experiencia increíble.
-
Eso es muy bueno, bien... Pues no te he hablado aquí a esta junta con la intención de cambiar la presentación de hoy.
-
¿Señor? No entiendo.. Entonces que hacemos aquí?
-
Verás, he hablado personalmente con el departamento de México, y creemos que serías una excelente adición al equipo de trabajo permanente aquí en Corea.
Pude sentir que mis ojos se abrían más y más con cada una de sus palabras.
-
Veo que.. estás sorprendida.
-
Ehh.. esto no lo tenía contemplado señor... No se que decirle.
-
Bueno pues, esto es una propuesta señorita Min-ah. Y el motivo por el cual la hacemos ahora es porque aún tiene un par de semanas para decidir ¿correcto?
-
¿Se refiere a que le tengo que dar respuesta para antes de que me regrese?
-
Si usted quisiera no tendría la necesidad de regresar. La compañia está dispuesta a otorgarle un departamento y transporte si accede, estaría en la región de Busan, esperamos que no sea mucho inconveniente para usted.
-
Señor.... no... no sé que decirle, ¿puedo pensar en ello?
-
Por supuesto. No tiene que decidir nada hoy. Pero agradeceríamos una respuesta lo más temprano posible.
-
Si, claro, eh, me imagino que esto requiere de una nueva negociación de contrato también, cierto?
-
Por supuesto. Pero que le parece si primero nos da una respuesta? Para negociar el contrato necesitamos también de conocer sus propias demandas, ya que nosotros somos los que le solicitamos el quedarse aquí.
-
Si.. si claro señor, será el primero en saber.
-
Muy bien, hemos terminado por hoy señorita Min-ah. Se puede retirar.
Salí caminando de la oficina intentando contener todas las náuseas del mundo por lo que acababa de presenciar. Hasta comenzaba a sentir presión en el pecho de la ansiedad. Por un lado, mi confianza se sentía hasta el cielo, y después de todo lo que tenía con Jun... mis nervios se dispararon por los cielos. Respiré profundamente hasta que me pude estabilizar de nuevo. Y... Decidí guardarme la noticia, y no contarle a absolutamente nadie hasta que creyera que el momento era el adecuado. Ni a Myung. Nuevamente no tenía planes para encontrarme nuevamente con nadie, Jun seguía en un evento para una escuela y Myung tenía trabajo, así que le pedí a mi chofer que me llevara al Starbucks más cercano del departamento de Jun.
Bebiendo mi café, comencé a trabajar en algunas labores adicionales que tenía de la oficina, con por supuesto una de las vistas mas hermosas al centro de Corea, y la idea de decirle o no a Jun lo que había pasado no dejaba de darme vueltas en la cabeza.
Comenzó a sonar mi celular.
Era Jaejoong....
-
Hola, Jaejoong. ¿está todo bien?
-
Min-ah, ¿Que te pasa? ¿Qué crees que estás jugando a algo?
Pero como fue que me acaba de hablar?!!?!?
-
¿¿¿Disculpa??? - ¿Pues quién se cree este como para decirme a mi algo así? ¡Si apenas nos conocemos! -
-
Junsu no me mandó mensaje ayer. Te pedí que...
-
Hey hey hey frena allí. ¿Y yo qué culpa crees que tengo? ¡Si ya le di el famoso libro!
-
¿mmmh? ¿Estás de mal humor o algo así? Yo solo llamaba para...
-
Pero si parece que Me llamaste para pretender.... no sé, regañarme o algo así. Yo ya cumplí con.. con lo que me pediste! Y disculpa que te hable así ahora pero curiosamente me.. me pretendes pseudo-llamar la atención cuando no ha sido uno de mis mejores días!
-
Ah... no... disculpa. No era mi intención molest-...
-
¿Y sabes que más? También fuiste tu, ¿para que no esperas por él cuando TUUU querías darle el libro ese?
-
Pues porque tu estarías...
-
No no, no no no, estoy harta, ya no quiero excusas. Como si tu o el no tuvieran el dinero como para enviar a gente a hacer sus mandados.
... Pasaron algunos segundos antes de que escuchara a Jae soltar una enorme carcajada.
-
Eres graciosa cuando estás molesta, tienes un acento extraño en tu voz, aún no hablas bien coreano verdad?? Necesitas algo de ayuda???
-
¿Sabes qué? No tengo tiempo para tus burlas. Era todo lo que me querías preguntar, señor Kim?
-
¿Señor Kim? Cuantos años más crees que tengo que tú?
-
Me llevas... ¿tienes que? ¿40?
-
Jajajaja, no... 31
-
En ese caso solamente me llevas 6.
-
Ah.. Entonces deberías de hablarme con más respeto, siendo mucho más joven que yo.
-
Disc....
-
Así es. Así que ahora disculpate por gritarme de esa manera.
-
Que yo qu-...
-
Apresurate. No tengo todo tu día.
-
Ah.. yo... eh.... uuugh!! Eres algo irritable sabías eso? Primero me das tu tonto libro pensando que yo haría todo como tu quisieras y ahora llegas a regañarme cuando no es mi mejor día.
-
Sigo esperando....
Respiré lo suficientemente profundo como para que me escuchara incluso al teléfono.
-
..... ok. ok ok, Bien, bien. Lo siento. Perdón. Ya, ¿contento?
-
Muy bien, así me agrada. ¿Porque estás tan enojada?
-
ahhh... No... No ha sido mi mejor día. Además, no es como si.... no, solamente no ha sido el mejor momento para mi hoy, las cosas se han complicado, en el trabajo.
-
mmm. ¿Y Junsu?
-
No no, Jun no tiene nada que ver.
-
¿Como va todo entre ustedes?
-
Ehh... bien sup... ¿Porque preguntas?
-
Curiosidad.
-
Esta todo bien, no tienes de que preocuparte o pensar al respecto.
-
Ok, eso es bueno. Espero que esté tratándote bien.
-
Si claro, si lo hace...
-
Ok Min-ah... (escuché una voz que hablaba en.... japonés?) Ah, me tengo que ir. Entonces podrías hacer lo que se te pide por favor? Digo, al menos espero que tengas tiempo de decirle a tu príncipe que me regrese el mensaje.
-
Que no es mi..... - gruñí un poco en el teléfono - está BIEN. Yo le digo.
-
Muchas gracias señorita min-ah, que linda eres.
Y colgó la llamada. Jaejoong me había llamado ahora solo para burlarse de mi y.... básicamente darme ordenes. ¿Pues quien se cree que es? Es decir, si, si se quién es, de hecho lo sé demasiado bien pero... pero aún así! Qué le le pasa?
Al terminar todo lo que tenía pendiente, me encaminé hacia el departamento de Jun, cubriendome todo el rostro, como ya era la costumbre. Pues no tenía que hacerle notar a nadie que la extranjera que estaba allí todos los días lo hacía para ir al departamento de... un idol retirado. Seguía teniendo el título de ‘el secreto mejor guardado’ por todos lados. Al llegar al departamento, extrañamente, Jun ya estaba adentro esperandome.
-
¿¿Uh?? ¿Jun ya habías llegado?
-
Min-ah! - Como normal, corrió a recibirme en la entrada. - Tengo un regalo para tí.
-
Jajaja ¿ahora qué me conseguiste? Si ya te he dicho miles de veces que no es necesario que...
Jun se levantó para ir por su laptop en la recámara, para traerla de regreso sin mostrarme lo que había en la pantalla.
-
Cierra los ojos, Min-ah.
-
Ok... Hecho.
Mis piernas comenzaron a temblar mientras me sentaba en el sillón blanco de la recámara. No quería que fuera lo que estaba imaginando.
-
Ok... ahora voltea! ¿Te gusta?
El monitor mostraba un inmenso letrero de 'sold', y se veía... demasiado familiar a algo que yo conocía.
-
Jun.. que es esto?? Es el.....?
-
Si Min-ah. Es un condominio por un año completo.
-
Pero ese es....
-
Es el mismo lugar donde te quedaste en el hotel en México, es el St Regis. Ahora es tuyo por un año.
-
Pero... Pero Jun...
Como... como le explico que... no será necesario? Además, rentar el departamento COMPLETO del St Regis?!
-
¿Que? ¿No.. no te gusta? ¿Debería cambiarlo por algo más? O... o ¿algo mejor? Pensé que el hotel era un recuerdo lindo para los dos...
-
No.. es que no es eso.. yo no... no creo regresar a México.
Jun solamente abrió la boca y bajó la computadora a la mesa de café de la impresión.
-
Me... me... mi jefe me llamó a una junta y de forma oficial me ofrecieron el empleo permanente, aquí en la ciudad, fue.. fue justo hoy, y no se si... No se si debería de...
En lo que titubeaba para poder expresarme, Jun ya estaba de rodillas frente a mi.
-
¿Ya lo tomaste? ¿Lo quieres tomar?
-
Uh... no, todavía no, pero... aún tengo tiempo para decidir....
Aún de rodillas, se incorporó para poder tomar mis dos manos, llevándolas a sus labios.
-
Tómalo, ya, ahora mismo. Llama a tu jefe y dile que aceptas.
-
Pero... no creo que sea lo mejor, aún tengo muchas cosas que considerar...
-
Min-ah, acéptalo ya. Ya tienes donde vivir. A menos que... lo no quieras un empleo tan lejos de tu familia...
-
No es eso realmente, pero si aquí no tengo un departam...
Me quedé viendo a sus ojos fijamente, esa expresión nunca la había conocido. De hecho, no sabía que podía mover las cejas de tal manera. Se veía casi nostálgico.... Pero... No estaba hablando de lo que pensaba que estaba hablando... o... si? Creo que le estaba intentando responder con un gesto desconcertada, exigiendole con mi mirada una explicación.
-
Aquí. Tienes este lugar, conmigo, es tu decisión.... Pero, si, puedes quedarte aquí conmigo... si así lo quieres.
Ahora fui yo la que dejé caer la mandíbula de la impresión.
-
Jun, pero, pero... como?.. es una buena idea? Ahora estás en el servicio militar. Que va a suceder cuando termines? Y cuando retomes tu trabajo? Ya te están ofreciendo roles en teatro de nuevo...
-
Lo puedo manejar. Nadie te verá, y podemos entrar y salir por separado si es necesario...
-
Por.. separado.. si..
Allí estaba de nuevo, la invitación a un estado en secreto. Una vida de lujos y comodidades, bajo llave, a escondidas... Aunque, si eso significaba el vivir en sus brazos noche tras noche... no podría ser tan malo.. verdad?
-
Mmmh. Min-ah, ya sabes que mi vida es...
-
No, no necesitas explicarme más.
Lo tomé por el cuello para levantar todo su rostro directamente hacia el mío. Algo que para él no representaba el inmenso cambio en su vida... en mi sería literalmente un cambio de vida. Y aún desconocía si estaba consciente del poder que tenían esos ojos. Pues todo, absolutamente todo en mi ser sabía que tenía que negar su invitación. Que yo sola me estaba amarrando a un puesto de ser el secreto. Que al aceptar todo lo que él dijera, estaba cambiando todo lo que me hacía ser yo.. Y dejaría que las riendas de su vida llevaran la mía. Si no fuera él, no habría aceptado. Una sola mirada de él era suficiente para que yo lo nombrara mi prioridad sobre... sobre yo misma. Sentía poco a poco mis ojos llenarse de lágrimas, y a ese punto ya no tenía ni idea de porqué. Pero algo era seguro, me sentía más viva que nunca.
-
Si Jun, quiero vivir contigo. Acepto tu invitación.
Fueron escasos instantes los que tardó Jun para levantarme entre sus brazos y llenarme de besos. Pasamos el resto de la noche cenando, bebiendo juntos, y hasta haciendo planes para remodelar partes del departamento solo para que yo me sintiera como en casa.... Y vamos, en una residencia de 4 recámaras, vestidores, baños, salas y cocina... tenía mas que suficiente espacio como para sentirme cómoda.
Casi no dormimos, y debo de confesar que entre uno de los muchos descansos que nos tomamos, admirar la ciudad de Seúl, desde sus brazos, en esos inmensos ventanales en la sala, en la recámara, oficina, y hasta en los baños... no parecía el fin del mundo. Secreto o no, si esto era lo que me esperaba para el futuro, lo recibía con brazos abiertos.
La mañana llegó mucho más rápido de lo que quería, y entre tanto cansancio apenas si recordaba ligeramente el beso que me dio Jun de despedida antes de irse a su cuartel. Y por supuesto que también yo tenía que salir a trabajar, así que me apresuré para hacerlo, además, tenía que hacerle saber a mi jefe que aceptaba la propuesta, y también moría de ganas por decirle a Myung.
Mi ahora rutina normal. Pedir un coche, tomar mi llave del departamento, bajar por el elevador privado hasta la entrada del edificio, y salir para mi trabajo. Mientras admiraba la mañana de Seúl, le envié un mensaje de texto a Myung.
-
Myung myung, buenos diaas.... Ya estás despierto?
-
Min-ah!! Si claro, y ya sé porqué me mandas mensaje. Cuando vamos a comprar tu vestido?
-
Eh?? Ahora de que hablaba Myung??
-
Como? Vestido??
-
Si por supuesto señorita, no me digas que no vas a comprar uno nuevo para el baile de máscaras conmemorativo de Signiel.
-
El baile de que?? De qué demonios me estaba hablando Myung??
-
Myung, no tengo idea de lo que me estás hablando.
-
Ay, espera...
A los pocos segundos Myung me envió la imagen oficial de lo que, efectivamente, era un baile de máscaras conmemorativo de Signiel, el edificio donde se encontraba el departamento de Jun, o debería pensar... ‘nuestro departamento’?
-
Bueno pero nadie nos ha invitado..
-
No te preocupes, sé que te van a invitar. El edificio apenas está notificando a todos del baile hoy.
-
Jaja, que extraño, un baile de mascarillas en Seúl... Pensarías que estas cosas suceden en Europa, o en una graduación...
-
Mi bonita amiga, aún no tienes ni idea... Pero que dices? Compras de todo? Tenemos dos semanas para prepararte.
-
Ok, hecho.
-
Y entonces? Tú como estás? Como va todo entre tú y Jun?
-
Jajaja bien... demasiado bien de hecho... hoy nos veremos?
-
Hoy tengo mucho trabajo... creo que tengo que ir a recoger a alguien del aeropuerto y moverme entre varios sets de grabación, pero que te parece pasado mañana?
-
Ok, entonces hasta ese momento te contaré todo.
Sabía que la curiosidad iba a volver loco a Myung, así que ya no vi más de sus mensajes, aunque el sonido de campanita de sus notificaciones de mensajes estaba haciendo reventar mi celular, tanto que parecía que me estaban llamando todo el tiempo, hasta lo tuve que poner en silencio antes de ingresar a la junta con mi jefe.
Aceptar el empleo no fue difícil, pues hasta mi jefe se veía tranquilo al saber que me quedaría. Me ofreció un aumento significativo, cosa que tomé sin problema alguno.. Aunque traía aproximadamente 5 veces esa cantidad en una tarjeta dentro de mi cartera ya. Fue divertido ver su reacción cuando le dije que ya tenía dónde quedarme, nadie sabía con quién era, pero vaya que era entretenido verlos hacer sus hipótesis sobre quién era, si un novio mío o solamente una amiga. Quizá un día lo sabrían?... o quizá no. No era el momento adecuado para ponerme a fantasear ahora. En fin, continué con mi trabajo a lo largo del día, y Jun no tardó mucho tiempo en enviarme mensaje.
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Min-ah? Ya estás en tu oficina?
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Jun! Ya, y ya lo hice, hablé con mi jefe.
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Bien!! Es oficial entonces, bienvenida a casa..
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Jajaja gracias... Si... aun se me hace increíble.
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Pues es hora de que lo creas Min-ah... Porque no vas hoy con mi decorador? Puedes ir a que le digas lo que quieres dentro del departamento..
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Pero.. quieres que vaya yo? No será un tanto... raro?
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No te preocupes, puedes decirle que eres alguien que solamente me quiere ayudar a cambiar la decoración
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Ok.. ok, me parece bien.
No Brenda, no es momento de deprimirte, tu sabes a lo que te estás metiendo.
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Pero, Jun, quería preguntarte algo.
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mmmh? Que sucede
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Myung me avisó sobre el baile de mascaras, el de Signiel, no se si tu sabrás algo al respecto...
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Ah, ya es pronto? Es cada año, y nos invitan a todos los que vivimos en el edificio..
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Sí, creo que apenas anunciaron hoy que será dentro de dos semanas... algo así me dijo Myung.
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Ok, les preguntaré a los administradores cómo será este año.
Ok, ninguna invitación al parecer. Me pregunto si es que debería de ir entonces..
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Sí... ¿tu vas seguido? Me refiero, ¿vas a este baile?
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Sí, cada año desde que se hicieron, tienen una área especial para VIP’s
mmmh. Con que un area para VIP’s.
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Ok Jun, me parece bien. Bueno, entonces iré a hablar con el decorador hoy más tarde.
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Hecho, ¿cenamos juntos?
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Lo que tú digas.
Me apresuré a terminar mi trabajo de todo el día. Pues tenía muchas cosas que hacer, regresar a casa, hablar con mi familia para darles la noticia, hablar con el decorador para crear mi propio cómodo espacio en el departamento, y por supuesto... conseguir un vestido para cierto baile. Quizá no había recibido una invitación oficial... pero ese edifico ya era mi hogar. Y se supone que para eso es este baile... ¿cierto?
La tarde pasó sin muchos eventos más, pude hablar en una videollamada con mi familia después de tanto tiempo de no hacerlo, por un lado, era obvia su tristeza al saber que no regresaría a casa por un tiempo más, pero al mismo tiempo, su orgullo y felicidad por mi eran aún mas grandes. Además de que en mi distracción no recordaba que no habían visto de fondo el pequeño departamento donde ahora me estaba quedando. Tuve que reasegurar a mi madre mas de 10 veces que efectivamente estaba en Corea trabajando y que no me había ido a casar con un millonario al azar con tal de vivir allí. Oh madre, si tan solo supieras.... No tomó tanto tiempo como esperaba esa llamada.
Un par de horas después llegué a la oficina del decorador - diseñador, que resultó ser lo más conveniente del mundo, ya que estaba apenas unos pisos abajo del departamento. Signiel en verdad era sorprendente, no solamente era el rascacielos más alto de toda Corea y con uno de los miradores mas hermosos de todo Asia, sino que realmente no tenías necesidad de salir a ningún lado por nada. Centro comercial, oficinas, hotel, hasta consultorios médicos en algunos lados.
Literalmente podrías hacer compras de lujo mientras esperabas una mesa en un restaurante con 3 estrellas Michelin, subir a tu departamento, dejar tus compras y llegar a tú misma reserva a tiempo. El decorador fue de lo más discreto y respetuoso del mundo, de hecho hasta calmó mis nervios un poco. Podía notar que tenía genuina curiosidad de saber quién demonios era yo y porque tenía yo la total libertad sin límite de presupuesto alguno para remodelar el departamento de uno de sus clientes más valiosos. Pero, supongo que ese titulo de cliente más valioso hacía que el bolsillo de Jun valía más su necesidad de chismes de conocer a su más reciente conquista. Todas las nuevas propuestas para re-decorar el departamento me habían encantado, pero decidí primero cambiar el aspecto general de la cocina con los más exquisitos acabados en tonos de violeta que tenía a su alcance, nada muy brillante, sólo lo suficientemente elegante como para que combinara con los inevitables acabados de oro que Jun tenía esparcidos por todo el departamento.
Aunque debo confesar, que lo único que quería era salir corriendo del lugar, pues ahora era prácticamente imposible esconder todo este evento del baile de máscaras, con el póster oficial promocionado en todas las pantallas del edificio, invitando a todos los habitantes a él. Y mientras desconocía si Jun me invitaría o no, era un hecho de que iría. No sé si era mi necesidad de estar con él en todos lados, o si solamente quería verme lo más espectacular posible enfrente de él como para que llamara tanto su atención que quisiera cambiar de parecer en mantenerme en secreto. Después de pasar otros 40 minutos con el decorador, salí casi corriendo del lugar para moverme a uno de los muchos centros de compras dentro de Gangnam. Resultó ser toda una ventaja que las personas del staff del edificio ya supieran que siempre que les llamaba era para pedir un coche, el cual rápidamente me llevó a diferentes centros comerciales, pero de entre todos, el que terminó flechándome fue Parnas Mall. Lo más cercano a un centro comercial equilibrando tiendas departamentales de lujo, con tiendas de souvenirs y recuerditos como stickers, cuadernos con los artistas pop sur-coreanos más grandes del momento, y más de... 100? 150? Quizá hasta más tiendas llenas de productos para el cuidado de la piel.
Apenas si tenía tiempo para encontrar algo, así que decidí dejar de apresurarme tanto y solamente de disfrutar el momento. Me comencé a perder dentro del centro comercial, y sentía que no solamente me enamoraba más de Jun... sino hasta de la ciudad misma. Pues una cosa era cierta... sí, Jun me quería mantener en secreto y mi más profundo y caprichoso ser tenía todas las ganas existentes de ponerme frente a él con todo el mundo admirando lo que éramos, pero... era también gracias a él que tenía tanto frente a mí. Todo en ese lugar me hacía sentir abrumada de gratitud por él. No había nada que no pudiera comprar. No había nada allí que no estuviera a mi alcance. Esa abrumadora felicidad de vivir cómodamente. Porque... vivir como una mujer libre e independiente es una maravilla. Pero, vivir con la compañía de un hombre que te abra todas las puertas del mundo es una cosa totalmente diferente. Mientras tenía mi pequeño momento de felicidad eterna, mi celular comenzó a sonar nuevamente. Y en lo que adivinaba si era Myung llorando más de que no le había alimentado de chisme hoy, o Jun preguntándome tenía hambre.... resultó que no era ninguno de ellos.
Jaejoong. Ya comenzaba a ser común ver su nombre en mi teléfono...
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¿Min-ah? Estás ocupada?
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Hola de nuevo. ¿Sabes? Las personas tienen la cordialidad de decirse un 'hola' al menos primero. Que no se supone que te lo enseñan en tu misma cultura?
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Si si si, ¿estás ocupada o no?
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..... No. Ahora que quieres.
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Estoy buscando a Junsu, que no salía hoy temprano del cuartel?
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Disculpa, me ves cara de la niñera personal de Jun? Tiene un celular, si te acuerdas verdad?
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Ok. Entonces lo busco a él.
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Me parece bien.
..... Ok, mi curiosidad fue más grande que yo.
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Pero, porque? Lo necesitas urgentemente?
Mientras le enviaba mensaje, me topé con una preciosa panadería, que hacía que me dieran ganas de usar de más la tarjeta de Jun.
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Si, pero no es de mucha urgencia.
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Ok, entonces tu lo contactas después.
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Si... Y tu? Si no estás con Junsu entonces que haces?
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Vine de compras, en Parnas Mall, lo conoces?
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Ah Parnas... si, pero que estás comprando?
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Vine por un vestido... pero terminé comprando postres.
Ahora no solamente miraba, sino que estaba agarrando absolutamente todo lo que cupiera en la canasta que me dieron en la panadería.
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Vestido? Que tienes una fiesta?
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De hecho si, la fiesta de máscaras de Signiel.
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Vas a ir a eso??
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La conoces? Parece ser muy elegante.
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Si, me han invitado cada año, pero desde hace un par que no voy, Junsu te invitó?
Uh-oh. Ahora que demonios le digo.
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Si.
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Wow, entonces van en serio, para ir a un evento tan grande en público? Mira.. sorprendente de su parte.
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Si... es sorprendente verdad? :D
Me va a crecer la nariz como a Pinocho.
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Bueno, entonces también iré yo. Para festejar a la feliz pareja en su primer gran evento.
... En qué magnitud de problema me acabo de meter???